Primera parada: Iguacel

La furgoneta se dirigia gozosa por las carreteras pirinaicas , de Jaca al Valle de Garcipollera para visitar la Ermita de Iguacel. Teníamos tiempo de sobra para que nos pudieran explicar las joyas romanicas de tan singular edificación. En esto habíamos quedado con la joyería de la calle Mayor de Jaca .

La pista forestal nos condujo hacia un paraje cerrado con plantas de boj exuberantes y con robles y otros árboles de bello porte. En un momento y al otro lado de la torrentera seca se alzaba la Ermita de Iguacel , estupenda como las mujeres maduritas y como se suele decir en estos casos"por ella no pasaban los años".

Pero, sorpresa, la joyera como si fuera un presidente de gobierno, no dijo toda la verdad y en el lugar no estaba ni el amigo del románico ni la madre que lo parió.

Y nos metimos en la cultura milañera del románico.
Para saber mas: http://www.iguacel.galeon.com/index.html